Quienes, por motivos profesionales así como por
razones personales o de estudios, hayan tenido que trasladarse a Sevilla
para comenzar una nueva vida en la ciudad, deben saber que se encuentran en una
de las ciudades más bellas del mundo. Van a hacer frente a otra etapa de su camino
vital teniendo como marco a la capital andaluza, que tiene el privilegio de
contar con uno de los cascos históricos más grandes y hermosos de Europa.
Por esta razón, una vez aterrizado en la ciudad y puesto fin a la mudanza, tienen que empezar a conocerla y descubrirla. Y para ello
nada mejor que realizar un recorrido por los rincones más emblemáticos que
posee:
- Patrimonio de la Humanidad. En concreto, tres son las edificaciones que están catalogadas como tal: la Catedral, la más extensa del mundo de tipo gótico; los Reales Alcázares, un conjunto de palacios de origen árabe; y el Archivo de Indias, donde se guarda la mayor colección de datos y documentos sobre las colonias españolas.
- Plaza de España. Uno de los espacios más importantes y conocidos mundialmente de Sevilla es este, que tiene su origen en la Exposición Iberoamericana de 1929 y que es uno de los más espectaculares ejemplos de la arquitectura regionalista.
- Parque de María Luisa. Pasear, relajarse y estar en contacto con la Naturaleza es lo que se puede hacer en este rincón hispalense, declarado como Bien de Interés Cultural, que fue parte de los jardines privados de San Telmo.
- Torre del Oro. Uno de los símbolos de la ciudad, junto a la Giralda, es esta construcción albarrana del siglo XIII, que actualmente ejerce como Museo Naval y que le otorga un aire mágico y especial al margen del río Guadalquivir en el que se encuentra.
- Calle Sierpes, mítica en el centro de Sevilla llena de gran atractivo vital y comercial.